¿Cuál será nuestro regalo este año?
En esta época festiva, a menudo nos encontramos en una encrucijada, meditando sobre el año que ha pasado y nuestras aspiraciones para el próximo. La Navidad, con su manto brillante de alegría y compartición, nos invita a reflexionar no solo sobre los regalos materiales, sino también sobre los obsequios más sutiles y profundos que podemos ofrecernos a nosotros mismos y a quienes nos rodean. Este año, ¿cuál será nuestro regalo? Imaginemos que, en lugar de objetos envueltos, fuera nuestra propia transformación interna lo que encontrásemos bajo el árbol.
Inspirados por las enseñanzas de los autores de Ariane Éditions, propongo una perspectiva donde el más precioso de los regalos es el de nuestra evolución personal — nuestra capacidad de elevar nuestra frecuencia vibratoria para sincronizarla con la del amor universal. Todos somos criaturas divinas, con el poder de manifestar nuestra propia realidad a través de nuestros pensamientos, palabras y acciones. Nuestro verdadero poder reside en nuestra capacidad de elegir, y esta Navidad, estamos invitados a elegir el amor.
Elegir el amor no es simplemente amar a aquellos que nos son queridos, sino extender ese amor de manera incondicional a todos aquellos que encontramos. Esto comienza con un cambio interior, un compromiso para transformarnos a nosotros mismos y así irradiar positivamente a nuestro alrededor. Nuestro regalo al mundo, por lo tanto, se convierte en nuestra nueva frecuencia — una vibración más elevada de comprensión, paciencia, compasión y paz.
Esta transformación no ocurre de la noche a la mañana. Es el resultado de un proceso consciente de cuestionamiento y realineación con nuestros valores más profundos. Esto puede significar aprender a perdonar, soltar viejos rencores, o abrazar cada momento de nuestra vida con gratitud. Cada paso adelante en esta dirección es como una luz que se enciende, iluminando no solo nuestro camino sino también el de los demás.
El regalo de nuestra transformación es un regalo que sigue dando. Al elevar nuestra propia frecuencia, ayudamos a elevar la del universo entero. Estamos todos conectados por el tejido invisible de la existencia divina; así, al cambiarnos, cambiamos el mundo. Nuestra presencia transformada es un faro de esperanza y un testimonio de lo que es posible para todos.
Esta Navidad, se nos alienta a ofrecer un regalo que no se encuentra en ninguna tienda. Un regalo que no necesita envoltorio, pero que exige valor, determinación y un corazón abierto. Ofrezcamos el regalo de nuestra propia transformación interna. Que nuestra frecuencia de amor sea la canción que resuene en nuestras acciones, palabras y pensamientos. Que inspire y cure, aporte luz donde hay sombra y amor donde hay indiferencia.
Dejemos que esta Navidad sea el comienzo de una maravillosa metamorfosis, no solo para nosotros sino para el mundo entero. ¿Cuál será nuestro regalo este año? Que sea el regalo de ser nosotros mismos, en nuestra expresión más elevada y amorosa.
Marc Vallée, editor